Tecnología japonesa, como un reloj

Que Japón es la segunda potencia económica a nivel mundial y que se es puntera en lo que a avances tecnológicos se refiere no es ninguna novedad. De sobra es sabido que Japón es una de las sociedades más desarrolladas, algo que certifica su PNB : 34.000 dólares por cápita, uno de los más altos del mundo. Además el nivel educativo de su población es envidiable: su tasa de analfabetismo apenas llega al 1% entre la población de 15 años o más, siendo así uno de los primeros países del mundo en cuanto a formación.

El país nipón destaca por la importancia que le da a la investigación y a la producción de nuevas tecnologías.  Campos como la microelectrónica, la óptica, la tecnología aeroespacial, la informática, la biotecnología o la robótica son los puntos fuertes en los que Japón es líder absoluto.

Además de esto, la participación del Estado y la cooperación que efectúa con las empresas ayuda a encumbrarlas en sus respectivos sectores. Si a eso le añadimos la política comercial agresiva que les caracteriza y la autodisciplina en el trabajo que la población japonesa tiene tan interiorizada, no debemos de extrañarnos al ver los resultados económicos de un país como Japón.

Gran ejemplo de lo que estamos relatando queda edificado (y nunca mejor dicho) en la región de Keihin, situada en la zona noroeste de la bahía de Tokio. Keihin es la mayor zona industrial de todo Japón pero, no solo eso, sino que se  la considera como la principal zona industrial de alta tecnología del mundo.  Su corazón es la zona del puerto de Kawasaki y Yokohama, un extenso cinturón industrial a lo largo de la costa de la bahía de Tokio. Keihin alberga un sinfín de fábricas e industrias que trabajan a un ritmo frenético para desarrollar aquellos productos que llegaran a todos los puntos de mundo. Por las noches, dichas factorías se iluminan y llegan a parecer una obra de arte si se encuentra el punto de vista adecuado. Es más, esta zona industrial se está convirtiendo en un punto de interés turístico por su fama como epicentro de la investigación tecnológica y porque el propio gobierno japonés así lo está promoviendo.

Desde Keihin salen hacia el mundo distintos productos que basan su eficacia y sus mecanismos de funcionamiento en la tecnología japonesa. No en vano Japón es el primer país productor de acero y de construcciones navales, así como el segundo en automóviles y de caucho sintético. De los productos que se exportan destacan los industriales, automóviles, motocicletas, barcos, radios, electrodomésticos, cámaras de fotos, televisores y computadoras.

Lo que muchos aún desconocen es que Japón también emplea una tecnología puntera en la fabricación del reloj. Todos tendemos a pensar que el mejor reloj y de mayor precisión se fabrican en Suiza pero debemos saber que el monopolio en este sector ya no está en manos del país alpino y que otras economías industriales, como en este caso la japonesa, han conseguido igualar sus certificados resultados.  Casio, Citizen o Seiko son el claro ejemplo de marcas que provienen del continente asiático y que gozan de gran fama y prestigio por la precisión de sus relojes.

A día de hoy podemos disponer de un reloj de pulsera con diversas características que ya por ser de origen japonés nos garantizan su buen funcionamiento y su calidad. Además, los materiales que se emplean en la construcción de las carcasas son de los mejores. Recordemos que Japón destaca por la producción de acero así que todo aquel reloj fabricado con acero japonés ofrece la tranquilidad del productor bien construido.

Optar por la tecnología japonesa es optar por la tecnología más puntera y de las de más calidad que hay en el planeta. No solo su fama lo verifica sino los resultados en cuanto a productividad y beneficios económicos del país nipón. Lo bueno se vende con facilidad y eso, los japoneses, lo saben.